Esa es una de las preguntas que se hace el personal, sobre todo después de oir a nuestros Presidentes (Zapatero e Iglesias) afirmar, una y otra vez, que la cosa ya está pasando y que los «brotes verdes» empezarán a verse en 2010.
Puede que, la banca, las empresas que cotizan en bolsa y las grandes constructoras que van a hacer las autopistas, embalses, líneas de AVEs y demás grandes obras públicas, empiecen a mejorar sus cuentas de resultados. Puede, también, que las grandes y medianas empresas que, con la excusa de la crisis, han aplicado EREs y más EREs a sus plantillas puedan ser más optimistas.
Por mucho que digan, la crisis no acabará en 2010. Quienes hablamos con la gente, en el bar, en el autobús, en el mercado,… sabemos que el paro es el elemento más dramático, el que más presencia tiene, el que nos cuentan amigos, vecinos, padres, inmigrantes, compañeros,… que están en paro, que tienen a su hijo, novio, amigo, primo, … en paro y que además ha agotado la prestación. Para todos ellos y ellas la crisis no acabará en 2010.
Incluso las previsiones más optimistas hablan de que serán necesarios dos años de reactivación económica para que empiece a recuperarse el empleo. Por eso, aunque me llamen cenizo, pienso que salir, lo que se dice salir de la crisis, es prácticamente imposible sin un cambio profundo (no puede darse en un año) en el modelo económico y productivo.
Creo, la última propuesta de la Ley de Economía Sostenible lo confirma, que todas las «recetas» que se proponen van en la dirección de «recuperar» el mismo sistema porque se considera que lo ocurrido es una crisis en el capitalismo en vez de reconocer que es el capitalismo lo que está en crisis.
Por eso mismo Aragón, que tampoco tiene alternativa, perderá rápidamente la ventaja con la que partía al inicio de la crisis como lo demuestra que es la Comunidad Autónoma que más y más rápido destruye empleo.
Deberíamos dejarnos de proyectos megalómanos (Gran Scala, Olimpiadas, Expofloralia,…) y apoyarnos en la inversión pública en bienes y servicios, en la diversificación industrial y tecnológica y en sectores emergentes como el agroalimentario ecológico, el de las energías limpias y el turismo selectivo de calidad.
También deberíamos recuperar esa fiscalidad progresiva y directa que haga que los más ricos paguen más, y crear una banca pública que piense en el interés general y no en el de los especuladores, y establecer tarifas sociales y precios públicos en los abastecimientos estratégicos como son la electricidad y los combustibles y, sobre todo, aparcar definitivamente las políticas neoliberales que son las que practican por igual el PSOE y el PP y son las verdaderas responsables de una crisis que, como siempre, estamos pagando los trabajadores y trabajadoras.