Me parece impresentable que en la reunión que han tenido hoy en Moncloa no se haya tratado el primer tema del que deberían haber hablado como es qué piensan hacer con los casi 5 millones de parados y paradas que hay en España entre los que se encuentran 100.000 aragoneses y aragonesas.
Si no fuera por el drama personal y humano que viven esos millones de trabajadores y trabajadoras, parecería un mal chiste que el jefe del Gobierno y el líder de la derecha no hayan debatido al detalle alternativas para crear, de manera urgente, empleo.
Una vez más, Zapatero y Rajoy, dan prioridad a lo que interesa a los mercados y al sector financiero y bancario mientras aparcan las respuestas que demandan y necesitan los trabajadores. De esta manera, el presidente del Gobierno sigue con su autocomplacencia de cómo está abordando este tema, y Rajoy puede continuar con su política de ‘cuanto peor, mejor’, mientras son los trabajadores quienes seguiremos pagándolo todo.
Es un auténtico timo que una reunión a la que se ha dado tanta importancia no tenga ni una sola alternativa concreta a la crisis. No obstante, visto lo ocurrido, tengo que reconocer que no me ha sorprendido en absoluto.
Desgraciadamente el Gobierno socialista, aquel que pidió el voto para que no llegara la derecha, mira cada vez más en la dirección del liberalismo económico para abordar la crisis, como ya hemos visto en el decreto-ley salido de los acuerdos de Zurbano. Esto no ha terminado y aún nos obsequiará Zapatero con más giros a la derecha en su política económica.
En relación al acuerdo para reforma la Ley de Cajas de Ahorro me preocupa seriamente que, con el beneplácito de la derecha, se vayan a dar más pasos para desnaturalizar los objetivos y el funcionamiento de estas entidades para acercarlas más a los intereses privados de los grandes bancos. No hay que olvidar que, al menos, los Cajas de Ahorro no reparten dividendos y tienen que desarrollar alguna labor social.
De avanzarse por ese camino habrá que oponefrse radicalmente a que se modifique el régimen jurídico de las cajas. Pese a los mensajes tranquilizadores que se quieren dar, no quiero que se ponga aún más en riesgo el papel para ayudar a la salida de la crisis que deben tener las cajas y que, para mi, deben ser junto al ICO (Instituto de Crédito Oficial) eje fundamental para recuperar lo que en su día fue la Banca Pública.
En relación al otro punto acordado en la reunión, relativo al apoyo a la financiación de la UE de la deuda de Grecia para ayudar a este país a salir de su grave situación, yo comparto la necesidad de prestar ayuda al país heleno, pero me opongo a las condiciones leoninas que le están poniendo y que van a sufrir principalmente sus ciudadanos, no quienes causaron el problema.
Lo de Grecia enseña con toda su crudeza lo que es el poder financiero y es una de las consecuencias de la Europa del capital que resuelve la crisis destruyendo los servicios públicos y cargándola a trabajadores y trabajadoras tanto en activo como pensionistas.
Sigo pensando que las alternativas pasan por la lucha decidida contra el fraude fiscal y la economía sumergida y realizar una reforma fiscal progresiva para que pague más quien más tiene, lo que ayudaría a poner en marcha políticas de inversión pública en el Estado, que tiene que ser locomotora de tirón de la economía.