En manos del capital, de los mercados, de las políticas económicas más liberales y ultraconservadoras y obediente a lo que manda Obama. Así aparece Zapatero al anunciarnos su plan de ajuste para recortar el déficit público. Ciertamente que hay déficit. Como todo el mundo sabe cuando el gasto es superior a los ingresos hay déficit. Evidentemente hay que equilibrar las cuentas.

 Eso puede hacerse de dos maneras: gastando menos o ingresando más. Zapatero, y el PSOE, han optado por la primera fórmula que es la que quieren, mandan, e imponen quienes han provocado la crisis. Aún con todo, habría estado de acuerdo en gastar menos si, por ejemplo, no hubiésemos gastado 250.000 millones de € para salvar al sistema financiero que, a pesar de la crisis, tiene beneficios y da pensiones de 82 millones de € a los directivos que jubila. Estaría, también de acuerdo, en dejar de gastarnos un millón de € (166 ,6 millones de ptas.) DIARIOS en la invasión de Afganistán.

Aquí, en Aragón, estaría de acuerdo en dejar de gastarnos dinero de todos en aventuras olímpicas, aeropuertos inservibles, Expos y eventos similares, Pistas de Esqui en el valle de Castanesa o en llenar Los Monegros de casinos y ruletas.

Pero no va por ahí la propuesta de Zapatero. Va en la perversa dirección de meterle mano a las pensiones, a la Ley de dependencia, a la inversión en colegios, hospitales y carreteras, a reducir los fondos de cooperación con los países en desarrollo, a meterle la mano en el bolsillo a los trabajadores y trabajadoras del sector público.

Zapatero quiere reducir gastos a costa de las partes más débiles de la sociedad. No se atreve con los ricos, ni con las grandes fortunas, ni con la banca especuladora. Mientras aplica el IRPF a las nóminas, y el IVA a los productos de mayor consumo, en definitiva mientras recauda a los trabajadores y trabajadoras deja que las rentas del capital, los beneficios empresariales, y los escandalosos salarios de los altos ejecutivos no coticen.

 En vez de reducir los gastos sociales, de empeorar los servicios públicos, de congelar pensiones puede aumentar los ingresos haciendo que pague más quien más tiene.

Puede volver a gravar a los ricos con el impuesto de Patrimonio. Un inciso en este tema y como ejemplo de lo que hace el ajuste de Zapatero. Aragón recaudó (en el año 2008 que fue el último que se pagó ese impuesto) 68,3 millones de € que pagaron 103 personas que tenían patrimonio. Justamente eso es lo que supone lo que va a ahorrar el Gobierno de Aragón con la rebaja de sueldo a sus 44.000 trabajadores y trabajadoras. Conclusión los 68,3 millones que han metido en el bolsillo de los ricos salen ahora de los bolsillos de 44.000 empleados y empleadas públicos.

Puede subir el IRPF (ahora el tope es el 43 %) para quienes cobren más de 60.000 € al año. Ahora pagan exactamente igual quienes cobran 60.000 € al año que quienes cobran 100.000 y que quienes cobran 1 millón (que los hay). Puede subir el IVA a los artículos de lujo (yates, rolex, coches suntuosos,…).

 Puede gravar con algo más del 1 % que pagan en la actualidad las fortunas que se refugian en las SICAV. Una SICAV es una sociedad de Inversión en Capital y Valores. Para montar una no hay nada más que tener la módica cantidad de 24 millones de €. Bien, pues las SICAV sólo tributan el 1 %. Es decir que paga más una nómina de 900 € que un capital de 24 millones o más.

Puede, también, ya que hablamos de solidaridad cobrarle los impuestos que no paga la Iglesia Católica. Son medidas y propuestas que estamos hartos de hacer (puedes encontrarlas visitando www.iunidaragon.org).

 Son medidas, claramente redistribuidoras, que buscan que la crisis tenga una salida más justa y democrática y, sobre todo, son medidas que pretenden evitar que los ricos, los banqueros, los especuladores y, en definitiva quienes han provocado la crisis, salgan de ella con los bolsillos llenos y se vayan de rositas.

No habrá brotes verdes sin el rojo de la reivindicación

 ¡¡ LA CRISIS QUE LA PAGUEN LOS RICOS ¡¡