Un día como hoy, hace 91 años, las mujeres pudieron votar por primera vez en unas elecciones.
La Constitución de la II República reconoció todos los derechos políticos y ciudadanos de la mujer, incluido su derecho al voto que nunca había tenido, y las mujeres dejaron de sufrir esa discriminación política con respecto a los hombres. Pudieron votar porque tras años de lucha y reivindicación, ganaron su derecho al voto.
Desde que llegó la II República, las mujeres podían ser diputadas pero no podían votar. De 465 escaños que había en las Cortes Republicanas tan solo 3 (Clara Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken) los ocupaban mujeres. Hubo un tenso y acalorado debate en el Parlamento, protagonizado por Clara Campoamor, defendiendo el derecho al voto de la mujer, y Victoria Kent, oponiéndose a él. Pero el debate también estaba en las calles, en las tertulias de los cafés, entre la gente.
Es conocido que los argumentos en contra tenían que ver con esa parte de una sociedad machista que consideraba a la mujer inferior, que la minusvaloraba, como siempre había hecho.
Había otros que tenían que ver con la supuesta, aunque nunca demostrada, falta de criterio y formación política de la mujer y otros que, incluso, consideraban que el voto de la mujer sería causante del triunfo de las derechas. Con el tiempo, hoy todavía hay quien lo piensa, se recuerda que en el 1933, votando la mujer por primera vez, triunfó la derecha de la CEDA. No se suele decir que en 1936, también con el voto de la mujer, ganó el Frente Popular.
Del discurso de Clara Campoamor me quedo con este alegato: «tenéis, los hombres, el derecho que os ha dado la ley, la ley que hicisteis vosotros, pero no tenéis el derecho natural fundamental, que se basa en el respeto a todo ser humano, y lo que hacéis es detentar un poder; dejad que la mujer se manifieste y veréis como ese poder no podéis seguir detentándolo. Dejad que la mujer se manifieste como es, para conocerla y para juzgarla; respetad su derecho como ser humano»,
Rotundo y claro.
Apenas 3 años duró esa conquista que tantos años había costado conseguir.
El golpe de estado fascista de 1936, y el franquismo que duró décadas enteras, volvió a eliminar ese derecho y la mujer sufrió un recorte de sus derechos que vino unido al retroceso social y personal para la mujer que impuso, a sangre y fuego, el franquismo. Durante décadas las mujeres sufrieron un sistema patriarcal y machista que consideraba a la mujer como ciudadana de segunda clase y destinada exclusivamente a la maternidad y al hogar.
Hoy es un día en el que hay que recordar que el golpe de estado fascista de 1936, y el franquismo que le siguió; acabó con las elecciones libres, quitó el derecho al voto y que todos/as, pero especialmente las mujeres, sufrimos un recorte de derechos y libertades. No deberíamos olvidar estos hechos, ni deberíamos permitir que no se expliquen a los y las jóvenes estas realidades históricas.
Menos en estos tiempos en los que resurge ese franquismo sociológico que siempre ha contaminado nuestra democracia, cuando sigue existiendo el patriarcado, el machismo asesino y todavía no se ha logrado la igualdad real entre mujeres y hombres.
También convendría recordar que los derechos no caen del cielo, no son concesiones graciosas de nadie y que hay que pelearlos siempre. Lo sucedido con el derecho al voto de las mujeres nos confirma lo necesario que es saber que los derechos conseguidos no son irreversibles, que pueden perderse y, precisamente por ello, deben ser defendidos, protegidos y ejercidos.
Hoy, aunque la mujer ha recuperado el derecho al voto, la lucha por la igualdad continua y, para desgracia y vergüenza nuestra, tenemos en los gobiernos a quienes se proclaman herederos/as del franquismo y de quienes ganaron la guerra. Hoy en día seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal que no ha permitido la igualdad real entre la mujer y el hombre.
Con todo, ¡¡Feliz Aniversario¡¡
La imagen es reproducción de una página de la revista Estampa (fuente Biblioteca Nacional)
