Ayer, allende los mares, en Lima, capital del Perú, invitada por el ultraconservador alcalde de la capital limeña, ese personaje que, para desgracia de madrileños y madrileñas, gobierna Madrid, con gorrita puesta al estilo trumpiano, se dio un baño de multitudes y, a golpe de declaraciones públicas, demostró claramente cual es su modelo social y económico y, de paso, dejó varias perlas a base de topicazos a cual más rancio.
Dice la «buena señora» (pueden leer sus declaraciones en más de un medio de comunicación) que «siempre ha reconocido la “Hispanidad” como ese fenómeno que une a la gente con “una forma alegre, mestiza, brava de ver la vida”.
Esa afirmación a mí, sufridor de la escuela nacionalcatólica del franquismo, me recuerda un libro de obligada lectura, titulado «Glorias Imperiales» que presentaba a los/as pobladores/as del «nuevo mundo» felices y encantados/as con esa tribu barbuda que, a golpe de espada, hábito y cruz, llegó a sus tierras y les cristianizaba, humillaba y explotaba. Acabaron siendo esclavos/as pero, nos decían, agradecían espejitos y alguna que otra banalidad.
Ayer, la ínclita ciudadana, que vive en un ático millonario, estaba contenta. Decía «no hay más que ver este lugar donde hay población que está sumida en la pobreza y sin embargo, es alegre, es amable, es humilde”. Vamos lo mismo que han pensado, y piensan, toda la vida los señores feudales de sus siervos, los terratenientes de sus jornaleros, la burguesía de sus sirvientes, los caciques de sus dominados/as, los/as reyes y reinas de sus súbditos y ese tipo de empresariado explotador de sus trabajadores/as (por cierto el franquismo les llamaba productores).
Todas estas gentes están encantadas con que los/as pobres sean felices, y humildes, y serviles y obedientes. Que vayan cantando al tajo. Que se conformen con las 4 migajas necesarias para sobrevivir y seguir siendo explotados/as y que agradezcan algún que otro espejito, caramelo, galleta o magdalena que el señorito o señorita tenga a bien regalar.
Para rematar la cosa (leánlo bien, por favor) la señora que gobierna Madrid, la que deja morir ancianos y ancianas, afirma lo siguiente: «eso hace una forma de ver el mundo que nos representa a todos. Desde que llegué como presidenta a Madrid, siempre quise revindicarlo”.
Desde luego a mí, y creo que a bastantes de Vds., no me representa para nada esa forma de ver el mundo.
Pero vamos. Atentos/as, desde que los votos de una parte de madrileños y madrileñas la hicieron presidenta reivindica que la gente sea pobre, pero que esté feliz.
Entender que la pobreza y la alegría son incompatibles no requiere mucho nivel intelectual que se diga. Como creo que tampoco requiere ningún master entender lo que estas gentes hacen con tu voto. Así que ya sabes, si aspiras a que el modelo social sea el de gente pobre y feliz vótales, pero debes saber que estás votando a caciques y explotadores que, además, suelen ser machistas, racistas y negacionistas. Por el contrario, si aspiras a una sociedad más justa, más redistributiva, más democrática busca otras opciones.
Para acabar, no se les olvide que colegas y socios de Dª Isabel los tenemos por todas partes, aquí, en esta noble tierra, ya saben un tal D.Jorge y una tal Natalia.
Y no se olviden que siguen asesinando a la población palestina
