Mucho se habla estos días de esa plataforma electoral que están intentando organizar las provincias de lo que llaman la España vacía para presentarse a las próximas elecciones generales.
Ya son varias las ocasiones en las me preguntan sobre ello. Bueno, intentaré explicarlo a sabiendas de que mi opinión no le va a gustar a mucha gente, pero estoy bastante acostumbrado a que mis opiniones, los programas electorales que defiende, e intenta cumplir, IU no gocen de apoyos mayoritarios. Muy acostumbrado a perder votaciones en parlamentos y ayuntamientos y muy acostumbrado a defender posiciones minoritarias.
No me gustan, nada, los nacionalismos aunque tengan perfecto derecho a presentarse. Mucho menos me gustan, políticamente hablando, los provincianismos y los localismos.
La historia, y la experiencia, me dicen y demuestran que esos movimientos, dado que nacen para preocuparse por el territorio donde actúan, tienen una visión muy local de los temas, que actúan para reivindicar y conseguir mejoras en las necesidades de su ámbito territorial y que ello se hace sin esa visión general, y federal, que tiene la izquierda. Ya se que ahora la «moda» es que «no hay ideologías«, que está «superado eso de las izquierdas y las derechas». Pues no amigos/as, no están superadas al igual que no se ha superado la lucha de clases que, como bien sabemos la izquierda, es de carácter internacional. Recuerden «agrupémonos todos».
Volviendo al tema. Veo como se emplean a fondo, sobre todo, en temas presupuestarios, intentando conseguir inversiones para sus espacios. No voy a negar su derecho, la izquierda somos profundamente democráticos/as, a trabajar por sus territorios. Ni voy a negar que los territorios, especialmente los de las provincias menos pobladas, son maltratados. Otra cosa son sitios como Euskadi o Navarra que la propia constitución, esa que ni dios quiere tocar, les da ventaja sobre las demás y otra cosa es Cataluña donde el nacionalismo (el de derechas y el de izquierdas) ha conseguido ser determinante para el gobierno de turno.
Os aseguro que he oído a mucha gente, que no cabe en sí de gozo porque el voto de Teruel Existe ha conseguido 30 millones más para la A-68, la A-40 o el Corredor Cantábrico Mediterráneo, poner a parir a vascos y catalanes por «vender» su voto a cambio de inversiones en sus territorios.
El problema de los territorios despoblados es uno más de los que genera el sistema capitalista y el modelo neoliberal que nos gobierna. Y ese problema, que es de ámbito europeo e internacional, no se resuelve con nacionalismos y mucho menos con provincianismos. Puede que se consigan unos cuantos millones más de inversión, pero el empleo basura, la concentración de medios de producción en los polos industriales, la privatización de los servicios públicos, la fiscalidad progresiva y directa, los sistemas educativos y sanitarios públicos, la dependencia y atención social, las pensiones dignas, las políticas de vivienda, …. y cuestiones de derechos fundamentales como el aborto libre y gratuito, el derecho a una muerte digna, el modelo de estado, el concordato con la iglesia, la participación en guerras a las que nos lleva la OTAN, las políticas de acogida de población inmigrante y/o refugiada, …. no están en los programas de las opciones nacionalistas y mucho menos en las de ámbito más reducido.
Soy profundamente internacionalista, y por ello solidario, y he aprendido que los nacionalismos, y por supuesto los provincianismos, como es lógico y natural, no son solidarios. Por eso, reitero, no me gustan nada. Respeto su derecho, pero no lo comparto ni lo apoyo.
El tema, de todas formas, da para un debate mucho más amplio que el que permite una entrada en un blog, bueno pues a ese debate sosegado y tranquilo, es al que invito y en el que estoy totalmente dispuesto a participar.