Ni se traiciona, porque eso es lo que hace Pedro Sánchez al dar por buenas las pretensiones de Marruecos.
Quizá es bueno recordar (pueden hacerlo si buscan la Ley 40/1975, de 19 de Noviembre) que España decide «Próximo a culminar el proceso de descolonización de dicho territorio, de conformidad con lo establecido en la Carta de las Naciones Unidas, procede promulgar la norma legal adecuada para llevar a buen fin dicho proceso y que faculte al Gobierno para adoptar las medidas al efecto». Esa ley, que firma Juan Carlos de Borbón, como príncipe de España, dice como no podía ser de otra manera, que el proceso de descolonización (reconoce que es la potencia colonizadora) debe hacerse de conformidad con lo establecido en la Carta de Naciones Unidas.
Esa ley, resultado de la cesión al chantaje marroquí de la «Marcha Verde» añade que «el Gobierno dará cuenta razonada de todo a las Cortes».
Nunca, ni tan siquiera en las cortes franquistas, se dio cuenta de nada
El Sahara Occidental, desde 1963, como ven desde antes de la «marcha verde«, tenía internacionalmente reconocido el estatus de “territorio pendiente de descolonización”. Eso, según el derecho internacional, quería decir que la potencia colonizadora, España, solo podía dejar el territorio colonizado de una de las dos maneras que el derecho internacional, firmado por España, establece.
Las dos formas legales y posibles eran: mediante celebración de un referéndum (así lo había aprobado la propia ONU, y así lo reconocía el Tribunal Internacional de Justicia) o transferir la administración del territorio al Consejo de Administración Fiduciaria que es el organismo de la ONU para administrar territorios puestos bajo su gestión y administración. Como ven nunca entregar el territorio a Marruecos.
Ninguna de esas dos cosas se han hecho y, aunque España ha dejado de ejercer de administración del Sahara, no puede hacer dejación de la responsabilidad jurídica.
Cierto es que, de no haber estado el Frente Polisario y de no haberse creado la RASD, la inacción y abandono del Sahara y del pueblo saharaui echa por este país habría permitido que Marruecos se anexionara el Sáhara sin mayor problema.
Pero el pueblo saharaui se defendió y defendió su territorio entrando en guerra con Marruecos y Mauritania.
Mauritania se retiró de los territorios que le habían tocado en ese reparto permitido por España e, incluso, reconoció a la RASD. Marruecos continuó la guerra hasta que, tras 16 años se firmase el alto el fuego en 1991.
El alto el fuego incluía un plan de paz que establecía la celebración de un Referéndum de autodeterminación. Es más se envío a la zona la MINURSO (MIsión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental) y allí siguen aunque del referéndum de autodeterminación nuna más se supo.
Con todo Marruecos lo ha bloquedao, los organismos internacionales no han exigido a Marruecos (ya ven como exigen en otros sitios) nada y los gobiernos españoles de turno se han caracterizado por una inacción reiterada y calculada que disfrazaban de neutralidad.
Marruecos ha chantajeado y chantajea de siempre con temas vitales como la inmigración, los controles del terrorismo y del tráfico de drogas y utiliza la influencia política, económica y estratégica que le presta el «amigo americano» y, nos encontramos con que, de pronto, Pedro Sánchez pega un volantazo y da por buenas las pretensiones marroquíes.
Algún día puede que explique lo inexplicable, pero hoy hay que salir a las calles, hay que decir claramente que el Sahara no se Vende y hay que defender el derecho del pueblo saharaui a decidir sobre su futuro.
¡¡Sahara Libre¡¡
