El último ha dejado 22 muertes. 19 niños y niñas, 2 maestras y el propio tiroteador.
Como siempre, cada vez que esto pasa, y en Estados Unidos pasa muy a menudo, sale al debate público el tema de si hay que prohibir o no la venta y tenencia de armas.
La evidencia es que, en ese país que se presenta muy a menudo como el paladín de los derechos y libertades, el tener un arma (o varias) en casa, el llevarla lista para disparar, el poder comprar un rifle si tienes 18 años, o una pistola si tienes 21, es legal y constitucional.
Resulta que, en ese puñetero país, el derecho a llevar armas está al mismo nivel que el de la libertad de expresión, o el de libertad de reunión o el de libertad de religión.
Los datos (adjunto los que publica 20 minutos) señalan que más de 100 personas mueren al día por disparos de arma de fuego.
Con todo, y tras la masacre última, una vez más vuelve a salir la derecha más rancia, los/as demócratas de toda la vida, la secta del trumpismo, ese lobby que es la Asociación Nacional del Rifle, la industria armamentística, y toda una cuadrilla de tarados y taradas, y dicen que no, que para evitar estas cosas lo que hay que hacer es ponerle una pistola a cada profesor y profesora.
Lo de prohibir las armas, para toda esta gentuza es una gilipollez.
Invocan la 2ª enmienda de la Constitución que, literalmente, dice: «Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado Libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas».
Lo que nadie dice es que esa enmienda viene de 1791 (mira que ha llovido, y ha habido guerras, y asesinatos, y tiroteos, y masacres,… desde entonces), recién estrenada la independencia de los EEUU tras la guerra con Inglaterra, que por aquel entonces el territorio de los EEUU era un tercio del actual (luego ya saben, se expandió hacia el oeste y llegó al Pacífico). Las milicias (que es a lo que alude la famosa enmienda) habían sido importantes en la guerra y no había un ejército federal organizado.
Como puede verse, la tan invocada enmienda, no habla del derecho de cada ciudadano/a. Habla de colectivo ya que tanto la palabra «milicia», como la de «pueblo» así lo indican.
Más allá de este debate lo cierto es que hoy en día es perfectamente legal en EEUU tener y llevar armas, y así les va. En vez de desarrollar la cultura de la paz, del diálogo, de la relación no violenta, dicen que la gente lleve más armas para defenderse.
No se me olvida que, en este puñetero país, hay un partido que defiende la barra libre para la tenencia de armas.
Ni se me olvida que, a lo que parece, volvemos a esa máxima que expresó, hace 17 siglos, el romano Flavio Vegecio Renato que decía, «si vis pacem, para bellum» que dicho en castellano, como casi todo el mundo sabe, invita a prepararse para la guerra si es que se quiere la paz. Un detalle, de esta frase viene el nombre de una de las pistolas más famosas, y utilizadas, la «parabellum».
Lo que vemos es que preparando la guerra, más allá de incrementar los gastos militares, no llega la paz. Lo demuestran las guerras actuales que, aunque solo nos hablan de la de Ucrania, hay por este planeta.
La paz nunca puede venir de la mano de las armas. Ni se evitarán las masacres y tiroteos llenando las aulas, las calles y los centros comerciales de gente armada.
La paz, y los derechos y las libertades democráticas, se consiguen cultivando, enseñando y aplicando toda una serie de valores, actitudes y comportamientos, que rechazan la violencia, previenen los conflictos y se apoyan en el diálogo.
