No, no hablo de ese saco y estrecho que los y las pobres cargaban llenos. Hablo de la cárcel, del “talego” como coloquialmente, al menos en según que sitios, se llama a la cárcel.

Nos hemos enterado de que los Carceller, del grupo cervecero Damm y otros Consejos de Administración de grandes empresas, no pasarán por el “talego” al que han sido condenados por delitos fiscales porque han llegado a un acuerdo con la propia fiscalía anticorrupción. El acuerdo, a lo que parece, es que no entrarán en prisión porque pagarán una multa de 90 millones de € (esos 90 millones son una pequeñita parte de los 3.000 millones de € de patrimonio que se les conocen).

Digo a lo que parece porque no se ha conocido al detalle el acuerdo que, así señalan, se cerrará en los próximos días.

Lo que sí sabemos, con certeza porque está en el expediente de la Fiscalía anticorrupción es que defraudaron 59,2 millones por el IRPF, otros 41,9 por el Impuesto sobre el Patrimonio y otros 1,7 más por el impuesto de sucesiones. Todos estos delitos en los ejercicio fiscales que van de 2001 a 2009 suman, junto a los intereses por demora en el pago, la cifra de 103 millones de € que nos han defraudado a todos y todas porque, recuerdo, Hacienda “somos todos” porque desde la Hacienda pública se paga todo el gasto público (ese que hay que recortar por el puñetero déficit).

El caso es que, además de la multa correspondiente, la fiscalía pedía hasta 48 años de prisión.

Bueno, la cosa quedará en esos 90 millones que pagarán, no pasarán por “el talego” y como señala la gente de bien, han cumplido. Han pecado, no han confesado (les pillaron), pagan la bula y se les perdona. Uno, que como tantos y tantas sufrió la formación nacional-católica del franquismo, recuerda que, para que la cosa funcionara y te quedaras limpio del pecado, había que hacer acto de contrición (arrepentimiento) y propósito de la enmienda (no volver a cometer el pecado).

Ignoro si los Carceller, padre e hijo imputados, han cumplido estos dos últimos trámites.

Lo cierto es que, además de no ir a la cárcel, harán un buen negocio porque los 103 millones que nos deben a todos y todas se quedarán en 90. Vamos 13 milloncejos de nada que, en vez de pasar al erario público se quedan en la caja familiar.

Algunos y algunas, muchos y muchas desgraciadamente, lo ven bien. Dicen que, al menos recuperamos 90 millones y, es el colmo, lo ponen como ejemplo de cómo se lucha contra el fraude fiscal y lo bien que lo hace el PP.

La izquierda, la de verdad, piensa que hay que prohibir que los  y las defraudadores/as se “escapen del talego” pagando. No puede ser que estos delitos terminen, en los casos en los que se les pilla, pagando dinero porque, y así se demuestra en este caso, por elevada que parezca la multa, siempre es inferior a lo defraudado. Lo que hay que hacer, tal y como proponemos, es luchar claramente contra el fraude y la evasión fiscal y eso se hace dotando de recursos técnicos, económicos y humanos a los y las inspectores de Hacienda y con unas leyes duras que sancionen claramente el delito y no permitan «apañarlo» con dinero.

Y, por otra parte, hay que acabar con estas situaciones. Los/as ladrones/as de “guante blanco” deben acabar en la cárcel cuando así lo establece la justicia, no puede ser que “el talego” sea solamente para los y las pobres.

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