Los datos macroeconómicos, una vez hechos los balances del 2016 que acaba de concluir, dicen que España logró un crecimiento superior al 3% en 2016 por segundo ejercicio consecutivo.

Ese es el mensaje del Gobierno, de los poderes económicos y de los medios de comunicación.

Pero la realidad es que esa riqueza que, a pesar de la crisis se ha producido, no es para toda la población. Los datos económicos, aunque en ello se ponga menos énfasis y se pase de puntillas, dejan muy claro que la brecha (trinchera más bien) entre ricos y pobres es cada vez mayor.

En estos momentos la mitad de la riqueza de este país está en manos del 10 % de la población. El ranking lo encabezan Amancio Ortega (dueño de Zara, Pull&Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Oysho, Zara Home y demás marcas del grupo Inditex), su hija Sandra y Juan Roig (propietario de Mercadona), entre los 3 tienen la misma riqueza que la que pueden sumar 14 millones de españolitos/as.

La cosa no es particular de España. Intermon-Oxfam, en su último informe, señala que «en el mundo hay más de siete mil millones de personas y sólo ocho, ocho empresarios, ocho personas, acumulan la misma riqueza que la mitad más pobre de la población mundial, es decir ocho frente a 3.600 millones de personas».

Son datos conocidos. Si tenéis interés en conocer las grandes fortunas no tenéis que hacer nada más que entrar en internet, teclear Lista Forbes 2016, y conoceréis a quienes la crisis les está haciendo más ricos y ricas cada vez. En esa lista hay, junto a la de los Ortega, otras 20 fortunas españolas más.

Lo cierto y evidente es que el crecimiento de la economía española, por encima del 3 por ciento, no ha conseguido reducir la brecha que es, cada vez más profunda, en salarios y condiciones de vida.

Lo que también es cierto es que en estos años de «recuperación económica» tan solo han subido los salarios de las personas que ocupan cargos ejecutivos en los Consejo de Administración y, es cierto también, que las empresas del IBEX han repartido más dividendos.

Los datos, con la frialdad que dan las cifras, señalan que mientras los salarios altos han crecido, dicen que muy poco, solo un 3%, los salarios que no llegaban a los 1000 € en 2007 han caído el 28 %. Eso da resultados tales que hay salarios de ejecutivos/as que equivalen al de 90 trabajadores/as de nivel medio.

A ello debemos añadir que, tal y como demuestran, también, las cifras, que el deterioro del mercado laboral, la precariedad y la bajada de salarios, es el principal factor generador de desigualdades y el responsable de que la renta de los hogares haya perdido un 20 % en estos años de crisis.

Estas políticas, tan alabadas y bendecidas por el FMI, la Comisión europea y la propia Sra. Merkel no se cansan de repetir parabienes a Rajoy y a Montoro por lo bien que se ha resuelto la crisis en España, nos han situado, en lo que a brecha social entre ricos y pobres se refiere, en el 2º lugar de Europa. Tan solo Chipre nos supera en lo que a desigualdad se refiere.

Esto es la globalización. Esto es lo que significa, y los resultados, de las políticas neoliberales, de los tratados económicos y comerciales (CETA, TTIP,…) que recortan derechos laborales y desmantelan los servicios públicos.

Esto es lo que venimos denunciando, esto es lo que nos lleva a salir a la calle pidiendo Pan, Techo, Trabajo y Dignidad.

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