Siempre hemos oído esa frase de «que los árboles no te impidan ver el bosque», seguro que muchas veces la hemos utilizado. Se emplea para avisar del error que podemos cometer si nos fijamos en los detalles (los árboles) y no en el conjunto (el bosque).
Pues eso es lo que quieren que hagamos con todo este lío de la derogación de la reforma laboral.
Lo primero que intentan conseguir, con la inestimable ayuda de la prensa, de la fauna tertuliana y de la memoria de pez que tiene una gran mayoría del personal, es que creamos que lo más importante de lo que se discutió en el Congreso era la reforma laboral. Pues no, lo más importante era si seguíamos o no en estado de alarma que es el único medio constitucional que tenemos para que el Gobierno, por encima de los deseos y veleidades de la patronal que quiere abrir y seguir con sus negocios, por encima de las apetencias territoriales y por encima de quienes a golpe de bandera y cacerola quieren «su» libertad, pueda seguir anteponiendo el criterio sanitario al económico.
Se cruzó en el debate lo del acuerdo con Bildu para derogar la reforma laboral. A partir de ahí se ha desencadenado por tierra, mar y aire, otra ofensiva contra este gobierno que quieren derrocar.
Así nos ponen el cebo de entrar al detalle, al árbol.
¡¡Han roto el diálogo social¡¡, rebuznan quienes nada dijeron cuando, en 2012, el PP impuso, sin importarle tres mierdas (perdón por lo escatológico, pero ya harta el cinismo) el diálogo social, la reforma laboral, que sólo ha traído más precariedad para los/as trabajadores/as. Un inciso hace poco más de un año, Dª Fátima, la exministra del PP responsable del reformazo, abandonó la política para fichar por la CEOE. Esa es la patronal que ahora está indignada por el acuerdo que pretende derogar la reforma laboral. Puertas giratorias se llaman estas cosas.
¡¡Es frágil el Gobierno y tiene que pactar¡¡, pues claro, o es que ya se la olvidado a la gente que la suma PSOE-Unidas Podemos no tiene mayoría absoluta y por eso debe negociar y pactar cada una de sus medidas, entre otras la derogación de la reforma laboral.
¡¡Han pactado con Bildu¡¡, claman y vociferan quienes no tienen ningún empacho, ni vergüenza, en asegurar su gobierno y sillón pactando con la ultraderecha de VOX como hemos visto en Andalucía, Madrid, Zaragoza y otros lugares del solar patrio.
Estos son los árboles, ahora intentemos ver el bosque. Estos son los detalles, veamos el conjunto.
De lo que estamos hablando es de como se sale de esto, de como se llega a esa «nueva normalidad». Y es evidente. Hay toda una operación montada para que esa vuelta a la normalidad deje las cosas como estaban antes de llegar el COVID. Con una fiscalidad que no es justa porque no paga más quien más tiene, con unos servicios públicos privatizados que favorecen el negocio de los fondos buitres en los que tienen sus acciones, con una élite económica que impone sus condiciones y reglas de juego y con una legislación laboral que convierte a una gran mayoría de trabajadores y trabajadoras en una suerte de esclavos/as a golpe de precariedad y salarios de miseria.
Así que, sí, ciertamente, el Gobierno cometió un error de comunicación, de gestión del acuerdo y de inoportunidad manifiesta, cierto. Pero eso no deja de ser otro árbol que nos ponen delante.
Para quienes tienen memoria de pez les dejo aquí algunas de las portadas de la prensa el día que el PP nos metió doblada la reforma laboral. Ahora piensen y decidan si hay que cabrearse por un acuerdo para derogarla o apoyar para que pueda hacerse.

