Estos días, al hilo de la movilización ante el Congreso, se lanza el debate sobre propuestas para revertir la situación de la españa vacía.
Vaciada dicen muchos y muchas, yo digo vacía. Franco provocó el vaciamiento de muchas zonas y pueblos con su política pantanera. Vaciaba pueblos y sacaba a la gente de sus casas a golpe de dinamita y utilizando a la guardia civil para los desalojos.
Hoy los pueblos los vacía el capitalismo. La gente no tiene más remedio que marcharse en busca de trabajo y oportunidades. Lo triste, lo jodido, y lo deprimente, es que quienes defienden e imponen el modelo capitalista neoliberal, el que explota a la gente y vacía a los pueblos, cuentan con millones de votos y por eso Gobiernan, y toman decisiones.
No habrá posibilidad real de revertir el vaciamiento de nuestros pueblos mientras sigan gobernando los mercados, el IBEX 35 y la banca. Por muchos congresos y reuniones que se hagan que tan solo aportan maravillosos programas de intenciones pero pocas realidades.
En este debate surge siempre el tema de los impuestos. «Hay que bajar impuestos a la gente del medio rural», piden y reclaman. Primero, por las conversaciones que oigo, hay un error grave al confundir impuestos (se pagan en función del patrimonio y de las rentas) con tasas públicas (se pagan por un servicio). Por ejemplo el hospital público se mantiene con los impuestos, la recogida de basuras se paga con una tasa. Puede que haya que hablar de lo que cuestan las tasas, pero no me parece adecuado hablar de impuestos.
Creo que este país, desgraciada y lamentablemente, todavía no ha entendido que sin impuestos, pagados en función del nivel económico, no hay servicios públicos, no hay estado del bienestar y no hay posibilidad alguna de atender las mínimas y básicas necesidades sociales. No lo hay en ninguna parte. En el medio rural, igual que en el urbano, los impuestos se pagan en función del patrimonio y de las rentas que tengas. No hay más impuestos para quienes viven en el medio rural. Las empresas y comercios en el medio rural pagan el mismo impuesto de sociedades que en el medio urbano que va en función de los ingresos declarados.
Me gustaría que me explicasen algunos y algunas de quienes defienden la españa vaciada como y de que manera puede haber fondos para esos aves y autovías por todo lo ancho y largo del territorio que reclaman. Porque el tema de las bajadas de impuestos, anulación en muchos casos, es una reclamación burguesa habitual a la que, aún no entiendo por qué, se suman alegremente quienes sin la sanidad o la educación públicas dependerían de la caridad.
No creo, por otra parte, que quitar impuestos resuelva la vida a trabajadores y trabajadoras. Ni creo que eso devuelva la población al medio rural. No hay más que ver el paraíso fiscal madrileño y díganme si el trabajador o trabajadora de a pie, o el/la pensionista que cobra la mínima, o quienes ya no cobran ni siquiera el subsidio del paro porque lo han agotado y siguen sin empleo, viven mejor porque las rentas altas no pagan impuestos, ni las empresas pagan impuesto de sociedades.
El medio rural, como nuestro aire, nuestros bosques, nuestras aguas, nuestro planeta, es una víctima más del sistema capitalista, de esos mercados globalizados que traen los productos primarios y alimentarios de países en desarrollo, de lugares donde los costes de producción, y por consiguiente de la mano de obra, son más bajos.
¿No hay alternativa entonces?, claro que la hay, algunas cosas vamos viendo tales como producciones locales que se buscan la vida en el mercado local, aunque muchos/as defensores/as de la españa vacía siguen comprando en el Mercadona que trae las cosas de miles de Km. en vez de ayudar al comercio de proximidad y a la producción local. Vamos viendo como, gracias a las posibilidades del teletrabajo y a pesar de la brecha digital, vuelve alguna gente a su pueblo. Vamos viendo proyectos que, con mucho esfuerzo y compromiso y muy poca ayuda, van cuajando en los pueblos en sectores como el turismo verde, la producción agroalimentaria ecológica, el patrimonio cultural y el patrimonio natural y paisajístico.
Pero no nos engañemos, la verdadera alternativa pasa por cambiar un sistema económico y productivo, basado en la explotación de recursos y seres humanos, que solo tiene como objetivo librar beneficios a sus Consejos de Administración. Y eso solo podemos hacerlo con una revolución, la verdad no creo que los tiempos estén para eso, o sacando democráticamente, mediante las urnas, a quienes llevan gobernando toda la vida para hacer más ricos/as a quienes ya lo son. Ya saben, dentro de dos años toca.