Con motivo de la acción convocada por Marea Verde el pasado sábado,en Zaragoza, a raiz de lo ocurrido en la Calle Alfonso, de las informaciones que sobre el tema se han dado y de las interpretaciones que sobre mis declaraciones se hacen quiero explicar lo que fue mi actuación y mis palabras.

Un medio de comunicación abre su información con este titular:  «Los partidos rechazan que se invada el espacio privado de Serrat».
Ciertamente no comparto el titular de la prensa. Yo no rechacé nada. Ese titular es una libre interpretación de quien escribe la noticia.

Trascribo aquí lo que publica la prensa de mis declaraciones que, evidentemente las asumo: «DESVIAR LA ATENCIÓN En esa línea se expresó también el coordinador general de IU Aragón, Adolfo Barrena, que participó el sábado en la concentración previa convocada por Marea Verde en la plaza España, pero no secundó la acción de la plataforma, ya en las inmediaciones de la vivienda de la consejera. Barrena apuntó que «los espacios de reivindicación y movilización no pueden invadir el domicilio particular de nadie», pero advirtió de que «no se puede desviar la atención y culpar a quien defiende sus derechos».

Ahora lo que quiero decir.
Estuve, como siempre que he podido, apoyando la movilización en la Plaza de España. No fui a la Calle Alfonso porque se alargó demasiado lo de la Plaza España y tenía que estar en otro sitio a las 13 horas.
Hoy, cuando en la prensa aparecen mis declaraciones, he recibido más de una llamada y más de un mensaje en el que se me piden explicaciones. He visto, por la red y en alguna que otra publicación, que se interpretan mis palabras como de condena de la acción. Insisto. No he condenado nada distinto de la prepotencia y de la utilización de esta movilización que hacen el PP y la Consejera (  «no se puede desviar la atención y culpar a quien defiende sus derechos»).

Con todo quiero responder a las preguntas que me hacen.
Una vez más me veo dando explicaciones sobre lo obvio. Indiscutiblemente defiendo los derechos de la gente. Indiscutiblemente defiendo la libertad de expresión y el derecho de manifestación. Así lo hemos demostrado cuando nos enfrentamos a la policía porque identifica sin motivo, cuando agrede a quienes van en un autobús, cuando exigimos la dimisión del Delegado del Gobierno por las actuaciones represoras, cuando presentamos una querella criminal contra la Consejera Serrat por vulnerar el derecho de huelga.
Indiscutiblemente estamos del lado de la gente que, como Marea Verde o las monitoras de comedor se movilizan.
Indiscutiblemente seguiremos defendiendo derechos con todas nuestras fuerzas.
Pero, tal y como recoge la prensa mis declaraciones, defiendo que el domicilio (no la calle) particular no puede ser invadido. Yo, como cargo público que soy, entiendo, asumo y respeto, que la gente en Las Cortes, en la sede, en cualquier acto público o por la calle, me pare, me increpe, me pregunte,….. pero reclamaré, siempre, respeto a mi domicilio (no a mi calle) y respeto a quien vive conmigo.
La inviolabilidad del domicilio es un derecho ciudadano que no podemos perder.
No quiero ni pensar lo que podrían hacer si no estuviera ese derecho.