La leche. Vaya sarcasmo. Hoy mismo, en barcelona, La Asociación Europea de Energía Eólica (EWEA) entrega a España el European Wind Energy Award, el premio de la energía eólica europea, por ser el primer país del mundo en el que la eólica llega a ser la primera fuente de electricidad en un año completo como ha sido el 2013.

El colmo sería que fuera el propio Ministro Soria a recoger el premio.
EWEA señala: “España se merece el European Wind Energy Award por su historia de éxito. Fue un país pionero en eólica y ha desarrollado una destacada industria con líderes mundiales entre sus empresas. Estas compañías han hecho posible que la energía eólica haya sido la primera fuente de electricidad para los españoles en 2013, lo que ocurre por primera vez en el mundo”.
Confirma este dato, el propio operador del sistema, Red Eléctrica de España (REE), ya que la cobertura de la demanda con eólica fue del 20,9% y la producción anual, de 54.478 GWh, la más alta de la historia y por encima del 20,8 de la producción de origen nuclear. Eso sí, El PP cierra instalaciones eólicas pero reabre nucleares como la de Garoña.

Estos datos demuestran que, en estos momentos, la energía eólica es capaz de dar el suministro eléctrico a más de 15 millones de hogares españoles.

Paradójicamente, mientras la energía eólica es premiada por Europa, es penalizada en España. Este sector está viviendo una grave crisis por los sucesivos cambios normativos llevados a cabo por los últimos gobiernos, especialmente el de Mariano Rajoy, como una moratoria para nuevas instalaciones, el brutal recorte de las primas y la implantación de nuevos impuestos. Estas reformas, algunas con carácter retroactivo, están provocando el cierre de plantas y dejando trabajadores en la calle.

Es indignante la política energética que sigue el Gobierno del PP que, con la penalización a la que somete a las energías renovables, pierde claras oportunidades de desarrollo. Las energías renovables y en especial la energía eólica son estratégicas por su contribución a la reducción de emisiones causantes del cambio climático, por su contribución a la reducción de la dependencia energética, por su capacidad para generar empleo y por su eficacia y eficiencia en la generación de energía eléctrica. Sólo un Gobierno entregado al oligopolio energético y al lobby nuclear puede desaprovechar esta oportunidad.

Apoyo indiscutiblemente al sector de la energía eólica y espero que este reconocimiento internacional sea el punto de inflexión para que el PP cambie el marco regulatorio de las energías renovables y arbitre medidas administrativas y económicas que faciliten su desarrollo futuro.

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