Cuatro argumentos para votar en contra:
El primero de ellos por convicción democrática. El techo de gasto es una medida que viene impuesta desde que los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, decidieron limitar desde la Constitución el déficit y la deuda pública.
Las leyes del techo de gasto son un ataque frontal a los principios más elementales de la democracia. Restringen y coartan, la autonomía que nos da nuestro Estatuto y, de hecho, impiden gestionar nuestra economía.
No nos vale que sea un mandato constitucional. Nos declaramos insumisos ante esa Constitución que legitima el desmantelamiento del estado social.
El segundo, porque fijar un techo de gasto significa seguir los principios del neoliberalismo que, por otra parte, son los causantes de la crisis.
La gestión de una Administración, como la de cualquier otro agente económico, se apoya en una partida de ingresos y en una partida de gastos.
Los ingresos pueden provenir de muchas fuentes, pero en la actualidad, y como consecuencia de decisiones erróneas de política económica, la gran mayoría se obtienen únicamente de los impuestos.
Actualmente los más importantes son el de la renta (IRPF) y el impuesto sobre el valor añadido (IVA). Ambos dependen de la actividad económica. Recaudarán más cuantos más trabajadores y trabajadoras haya y cuantos mayores salarios tengan (IRPF). Igualmente, cuanto mayor sea el consumo más recaudación habrá por el IVA.
Claro esto sólo funciona en épocas de bonanza económica. Cuando se entra en recesión, y en ella estamos, es mayor el gasto que lo que se recauda.
Dado que, y vuelven Vds. a afirmarlo, no sólo no van a incrementar la presión fiscal, sino que la van a reducir, no les queda más salida que el recorte del gasto público hasta niveles inaceptables y el endeudamiento.
Acuden al mercado de deuda pública y piden prestado. Los inversores financieros, gracias, entre otras cosas, a las ayudas públicas que han recibido y a los trabajadores y trabajadoras que han despedido, tienen dinero de “sobra”. Ya ven Vds. la paradoja. Los propios bancos culpables de la crisis y las grandes fortunas beneficiadas de las rebajas de impuestos son quienes prestan dinero a las Administraciones públicas para que parcheen los déficits que, por su equivocada política fiscal y económica, han generado.
Es obvio que la deuda contraída deberá ser pagada de alguna forma, y en una situación en la que los gastos superan a los ingresos eso parece difícil. Por esa razón acaban recurriendo al “Techo de Gasto”.
Que tienen como objetivo prioritario controlar el gasto público hasta el punto en el que se equilibren los ingresos y gastos. Vds., como nosotros, saben que eso es imposible, pero juegan a algo tan carpetovetónico como el “mantenella y no enmendalla”.
Es un tremendo error rebajar los gastos en un momento como el que estamos.
El gasto público es un estimulante del crecimiento económico. Está demostrado, aunque se nieguen a reconocerlo, que cuando se rebaja el gasto público se reduce la capacidad de crecimiento económico de una economía, y eso conlleva, como les he señalado, menos ingresos porque, con su modelo, los ingresos van en función de la actividad económica.
En definitiva, aunque se baje el gasto público (llevan tres años haciéndolo) la cuenta no les sale porque caen también los ingresos y lo único que crece es la deuda y el negocio de quienes la prestan.
Es evidente que hoy tenemos más deuda que cuando esto empezó y lo lamentable es que tenemos, en su conjunto, a una población más pobre, que ve deteriorados los servicios públicos, que sufre las consecuencias infames de las reformas laborales, que pierde puestos de trabajo, que ve empeorados sus salarios y que va cayendo a ritmo acelerado en situaciones de pobreza y exclusión social.
Lo que Vds. nos presentan es más de lo mismo. No han aprendido nada.
Limitar por ley el gasto y la deuda es una aberración económica. Limitar por ley el gasto es una barbaridad, que no sólo afecta al carácter democrático del sistema político (al restringir la autonomía) sino también al propio funcionamiento del sistema económico. Ya ven que “las disponibilidades presupuestarias” dejan fuera de becas y ayudas, por ejemplo, a quienes están por debajo de los umbrales de la pobreza. Dejan sin nada a trabajadores y trabajadoras expulsados del mercado laboral.
¿Por qué se proponen entonces medidas que, como está demostrado, son tan negativas para el conjunto de la población?
Pues sólo se me ocurre una razón. Porque favorecen al capital privado. Menos posibilidades de desarrollo y mantenimiento de servicios públicos abren la puerta al negocio privado en salud, educación, servicios de dependencia, carreteras…
El déficit es necesario porque es una herramienta “extra” en el ámbito económico. Es cierto que no pueden sostenerse indefinidamente, pero precisamente para combatir la crisis, es necesario.
Las infraestructuras públicas, los servicios educativos y sanitarios (hospitales, colegios, universidades, …) y en general la inversión a largo plazo, es necesaria no solo para el bienestar de los grupos de población de menos renta que no los pueden pagar a precio de mercado, sino también para que las empresas obtengan beneficios. No se pueden pagar al contado y lo sabemos todos y todas.
El tercer motivo de nuestro voto contrario es que el techo de gasto lo apoyan en previsiones absolutamente equivocadas que, por otra parte, nos han demostrado que son incapaces de cumplirlas. Estas leyes son “papel mojado” porque no se apoyan en ningún razonamiento económico.
El techo de gasto que Vds. nos proponen aquí es continuación del techo de gasto que aprobó el Gobierno de Rajoy. Como nos aproximamos a contiendas electorales tienen que “aparentar” que la “cosa va bien”, que como va a haber más crecimiento económico (ya nos dirán como en una Europa en recesión de la que formamos parte España es la excepción) habrá más recaudación. En primer lugar hay que denunciar el cinismo que emplean para decir que el PIB va a crecer. Lo cierto es que aunque suba el PIB, gracias a peculiaridades como la de incluir el negocio de la droga en sus previsiones, las condiciones sociales y laborales de la mayoría de la población siguen empeorando y sigue aumentando la brecha social.
El cuarto, y último motivo, tiene que ver con su manifiesta incapacidad para gestionar la economía.
Mire usted, el techo de gasto que nos ha planteado, es una ecuación imposible. Igual que lo fue el del año pasado. ¿Para qué sirvió el techo de gasto del año pasado si acabaron con el déficit disparado y con 202 millones pendientes de recortar?. Vuelven Vds. a traernos unas propuestas con las mismas falsedades que el año pasado.
Yo le agradecerías, Sr. Consejero, que ejerciese de ello, y respondiera a unas preguntas que vamos a hacerle. Mire, hemos repasado la ejecución del presupuesto del pasado año. Hecho con estos parámetros y que respondía a los mismos planteamientos que nos proponen. Datos dados por su Departamento:
Recaudación de ingresos: Ejecutado el 92,42 %. No está mal, pero esos 7,5 puntos no recaudados suponen 405 millones menos de ingresos. Ya se lo dijimos al Sr. Saz Le dijimos que estaban inflados los ingresos. Lo negó y nos acusó de no entender. Vd. ahora dice que van a recaudar más. Dice que porque va a mejorar la economía. No se en que se apoya. Puede que vd. crea que la fe mueve montañas, pero le aseguro que no trae ni un solo euro. ¿Qué indicadores económicos tiene Vd. para afirmar que se va a incentivar el consumo y que va a haber más nóminas, más empleo. ¿No ha visto los datos que se publicaron antesdeayer?
Tras de la fe viene la trampa. Su propuesta habla de incrementar los ingresos en 36 millones (35,9 para ser exactos). Esa recaudación de más no son más ingresos. Es no pagar hoy para que pague el Gobierno que entre a partir de Mayo. Eso es una trampa Sr.Campoy.
Hay otra, evidente, ¿Para que propone un déficit de 235 millones de € si piensa dejar de ejecutar 125 millones del presupuesto?
En cualquier caso, díganos qué es lo que van a dejar de ejecutar, digan qué colegio van a dejar de hacer o qué hospital o cuántos profesionales de la sanidad o de educación van a dejar sin contratar. Dígalo, dígalo.
Vuelvo a la liquidación del último ejercicio presupuestario. Hemos demostrado que ustedes son incapaces de trabajar sobre la previsión de ingresos. Ahora le vamos a añadir que dejan de ejecutar presupuestos, mandato de esta Cámara, porque los presupuestos se aprueban aquí. Así tenemos el mal negocio al cual nos están llevando sus políticas.
Han dejado de ejecutar 481 millones de €. 405 de ellos corresponde, es lógico, con lo recaudado de menos. ¿Los otros?. ¿Incapacidad?. Yo creo que, además, su afán por recortar. Hay otros datos interesantes en la liquidación presupuestaria. Fíjese Sr. Consejero, Vds., para justificar el desvío del déficit, ese que deben ajustar con ese plan de reequilibrio financiero de 202 millones, le echaron la culpa al departamento de Sanidad. De hecho cesaron a dos importantes cargos del Salud. Pues uno mira la ejecución del presupuesto en la sección 16 (Departamento de Sanidad, Bienestar Social y Familia) y ve que su ejecución ha sido del 99 %. No ha sobrepasado, en absoluto, lo presupuestado. Mentiras y más mentiras, Sr. Consejero.
No son Vds. creibles, no son serios, no saben por donde les da el aire y todavía se atreven a venir a esta Cámara con una propuesta irrealizable. Y, para colmo, en un ejercicio oportunista, con un inaceptable tufo electoralista, presumen de que este año, como la “cosa va mejor”, pueden incrementar el gasto en 20 millones más. Nos ha dicho que el techo de gasto que usted nos plantea para el próximo año, son 20 millones de euros más que lo que se supone que había que para este —digo «se supone» porque luego, después, como ejecutan lo que consideran o no, como luego, después, aunque hay un techo de gasto aprobado, lo cambian,—, pues, al final, aunque habláramos simplemente en las cifras frías, esos 20 millones de euros más que plantea el techo de gasto de este año, mire, al final situará nuestro presupuesto de gasto no financiero en los niveles del año 2008, y se supone que es el techo de gasto para el año 2015. Por lo tanto, por mucho que usted nos quiera decir que «fíjense, que la política que estamos haciendo ya da resultados, que este año nos vamos a poder gastar 20 millones de euros más», pues, mire usted, estamos en las cifras y niveles del año 2008, y repase usted, del 2008 al 2014, cómo ha ido el índice de precios al consumo, cómo ha ido la inflación…, y verá cómo, al final, con este techo de gasto, no va a cubrir ni siquiera las necesidades que había en el año 2008. Esa es una de las verdades de lo que usted nos ha planteado.
Y otra es que, aunque incrementen en relación con el año pasado la cifra del gasto público no llegará a los 5.066 millones que era el presupuesto que Vds. gestionaron el primer año que llegaron al Gobierno.
Finalmente. Usted nos ha vuelto a hablar de aquello tan famoso de que hay que ganar confianza. Claro, confianza, ¿de quién?, ¿de la ciudadanía? Creo que no. ¿De los grupos de la oposición? Creo que tampoco. ¿De los mercados? Sí, pero ¿a qué precio? Sí, ¿pero a qué precio? Porque, al final, la confianza, ¿para qué sirve? Para que le dejen endeudarse más, es decir, para que sigan haciendo negocio los bancos, porque, al final, con esta política, lo que hace la banca es que les presta dinero, que se lo cobra, lógicamente, al interés que lo está cobrando.
Por lo tanto, esa política, que ni crea empleo ni favorece el desarrollo del Estado del bienestar ni crea ni atiende los servicios públicos ni crea las mejores condiciones de vida, al final, solo sirve para engordar la cifra de resultados de la banca.
Se lo volvemos a decir: no nos vamos a hacer cómplices de lo que está produciendo tanto daño social y económico, no vamos a apoyar lo que está aumentando la pobreza, lo que está llevando al hambre, lo que está desmontando el Estado del bienestar. No vamos a ser cómplices de ello.
No nos van a encontrar ahí, por eso votaremos en contra.