Es evidente, creo que todo aquel o aquella que me conoce lo sabe, que apuesto nítida y claramente por converger en un frente político y social que, además de echar al PP y a la derecha, construya una alternativa transformadora. No me basta con ganar si no transformamos la sociedad. Por eso, y también es público, me declaro insumiso de la Constitución del 78 y apuesto por un nuevo proceso constituyente.
Por eso, es pública también mi posición, creo que sólo podrá darse esa convergencia en torno a un programa político claramente alternativo y transformador de la sociedad. Y ahí hacemos falta muchos y muchas, pero hablando claro.
Me parece secundario el tema de las candidaturas y de las primarias que es lo que ocupa los debates. El programa marca ruta y camino. Es el compromiso, el contrato con la ciudadanía. Lo demás son caras, me da igual la forma en la que se haga el «casting» si no hay detrás un programa, un equipo.
En estos días, que el debate de la convergencia está presente, creo necesario aclarar y definir de qué hablamos. Hay quien dice que ya está superado el tradicional concepto de izquierda y derecha. Pues no, creo que no. Creo que estamos, como siempre, en plena lucha de clases y que el enemigo es, también como siempre, el capitalismo.
Hay quienes, para intentar facilitar esa convergencia, están dispuestos a renunciar a introducir en el programa cuestiones que, afirman, pueden separarnos como, por ejemplo el aborto, o la cuestión Palestina.
Evidentemente. Me separa totalmente si alguien no cree que el aborto es un derecho incuestionable de la mujer, igual que me separa que alguien dude de que lo de Gaza es un genocidio en toda regla.
Hay quien quiere separarse de mí invocando que soy casta. Que pertenezco al régimen del 78.
Yo respeto todas las posiciones, aunque no las comparta, pero pido respeto, no para las mías, pero sí para quienes, en la historia de la democracia y la conquista de libertades de este país han hecho mucho más que escribir miles de twits y salir en las televisiones.
Lo digo porque hay alguna organización política que afirma que no puede converger con Izquierda Unida. LLegan a decir que los de I.U. somos del régimen del 78.
El otro día fuí a homenajear a Manolo Gil, coincidí con compañeros y compañeras suyas, ex guerrilleros y luchadores por la libertad que se jugaron la vida y que, ellos y sus familias, conocieron en sus carnes la tortura y el exilio. Yo mismo, sin llegar, ni pretender, a equipararme a Manolo, a Esperanza y a tantos otros y otras a los que admiro y respeto profundamente, tengo familiares directos en no se qué cuneta, he pasado por las comisarías franquistas, he ayudado a organizar huelgas y piquetes cuando te jugabas un Consejo de Guerra, he militado en la clandestinidad en un sindicato de clase (aún milito). Las gentes de I.U. hemos estado, estamos y estaremos, al lado de la gente, en todas y cada una de las luchas y reivindicaciones ciudadanas. Con un pie en las instituciones y con el otro en la calle.
Por eso, por todo eso, me parece indecente que alguien, desde su pretendida virginidad, sea capaz de afirmar que las gentes de I.U. somos responsables, y cómplices, del régimen del 78.
¿Acaso cree esta gente que pactaron con las élites del franquismo quienes estuvieron en las cárceles, quienes fueron exiliados, represaliados, torturados y asesinados?.
La cuestión es clara. Necesitamos confluir para echar a la derecha. Nosotros convergemos, vosotros convergéis, ellos………¿ ?
No tienes cara ni nada y ya no engañas a nadie, todos sabemos que no practicas la democracia interna, que te saltas los estatutos de iu, que frenas cualquier intento de converger y sobre todo por la bases, solo quieres tu sillón de concejal y vivir del cuento, los tiempos han cambiado y estas en fuera de juego, mientes y si no que haces gobernando con Belloch, eeh?
Un pequeñito detalle. No soy concejal y, como todo el mundo sabe, no voy a repetir como diputado. Mi sillón queda vacante y vivo de la pensión de jubilación que, con mis cotizaciones, me corresponde.
Parece, que de una forma enrevesada, el artículo lo que pretende explicar, es que debe existir una coalición de direcciones y no un movimiento ciudadano desde la base.
El programa es importante, por supuesto, pero el programa lo va a redactar la ciudadanía, el pueblo. Queremos una democracia participativa y para ello, no podemos olvidarnos del control del sistema de cargos públicos y los límites salariales.
Es tiempo de una nueva política, es el tiempo de la gente.
Necesitamos una «Revolución democrática».
Ganaremos Zaragoza, ganaremos Aragón y ganaremos España
No me quiero enrollar mucho. Sólo diré que las gentes de IU estamos honestamente por la convergencia democrática, y aunque este camino, por la experiencia que tenemos es arduo y difícil y tiene muchos obstáculos que superar, nos vamos a meter en él de cabeza. Pero hay límites. Todos tenemos nuestros límites. Mi opinión es que Izquierda Unida no se debe disolver. Esto significa a nivel práctico que Izquierda Unida nos vamos a presentar a las elecciones, si hay acuerdo dentro de Ganemos, nosotros preferimos el acuerdo, pero si no nos aceptan como organización dentro, nos presentaremos fuera, que nadie lo dude. Al menos esta es mi opinión. Un abrazo a todos los participantes y buen debate.
José Mary