Hoy, en Las Cortes de Aragón, el PP y el PAR, los dos partidos que gobiernan, presentan una  Ley de Actualización de los derechos históricos de Aragón. Nada más y nada menos. Los dos partidos que gobiernan, los dos partidos que son responsables del desempleo, del aumento de la pobreza, del empeoramiento de los servicios públicos, del endeudamiento feroz que deja los derechos en manos de los bancos,…. tienen a bien preocuparse por los derechos históricos.

Gracias a esta iniciativa, hoy, los 67 diputados y diputadas de Las Cortes, debatiremos sobre la identidad aragonesa, sobre los derechos que la historia (la que siempre escriben los vencedores) nos reconoce. No hablaremos de los derechos que la Constitución y nuestro Estatuto de Autonomía nos reconoce. No hablaremos del derecho a pan y techo, del derecho a una educación pública, laica, universal y de calidad, ni del derecho a una atención sanitaria digna y sin listas de espera, ni de esos 50.000 parados y paradas que hay en Aragón sin ninguna prestación ni ayuda, ni de esos más de 9.000 niños y niñas que se han quedado sin  una beca de comedor, ni de esas mil familias desahuciadas cada año, ni de esos miles de jóvenes que deben irse de Aragón porque aquí no tienen nada, ni de esos empleos precarios con salarios indecentes.

Dicen el PP y el PAR que «el objetivo de una ley de actualización de los derechos históricos es tratar de afirmar y proteger la identidad aragonesa. Actualización significa decantar la esencia regulatoria de esa identidad constitucional histórica de Aragón, eliminando cualquier reminiscencia de un régimen señorial incompatible con nuestro actual sistema constitucional democrático». Ahí es nada. El despropósito es que nos vienen con esto quienes permiten y apoyan esa pérdida de autonomía que significa la imposición constitucional de anteponer el interés de la banca al del pueblo, quienes aplauden las políticas de recorte de derechos y libertades, quienes secuestran la capacidad de autogobierno de las autonomías y ayuntamientos.

Estamos ante una nueva cortina de humo, ante un oportunista debate al que nos lleva la mayoría parlamentaria que nos «desgobierna». Intentaremos que en Las Cortes, donde reside la soberanía de la ciudadanía aragonesa no se olviden los derechos actuales, los que dan el derecho al pan y al techo, los que la historia ha reservado siempre a una determinada clase social, los que, así lo demuestra la historia, el pueblo, la gente, ha conquistado con su lucha y reivindicación

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