Toca asumir. Toca analizar con realismo y toca, sobre todo, decidir. Es posible, la gente así lo ha dicho con su voto, que haya gobiernos alternativos a los que, hasta ahora, hemos tenido que han estado claramente dominados por la derecha.
Toca, desde la realidad de cada uno, construir esa nueva mayoría capaz de dar respuesta a la necesidad de cambio y a la esperanza de la gente que, en las urnas, lo ha dicho claramente.
La realidad dice que, aunque queramos decir otra cosa, que el bipartidismo resiste, tan solo ha sufrido pérdidas (importantes eso si) en los Ayuntamientos donde ha ha habido una candidatura de convergencia. En el caso de las autonómicas, que no ha habido posibilidad de un bloque de izquierdas, el PP y el PSOE han sido los partidos más votados. Ciertamente que Podemos, en el ámbito autonómico donde ha concurrido con sus siglas confrontando con los demás, ha obtenido un importante resultado electoral al entrar en todos los parlamentos regionales, pero lo cierto es que, hablando de la izquierda, el PSOE ha quedado por encima de Podemos en todos partes. Es verdad, también, que aquí, en Aragón, es donde Podemos ha sacado el mejor resultado autonómico pero, aún así, los 14 escaños obtenidos quedan por debajo de los 18 del PSOE.
Bien, pues ahora toca asumir. Primero los resultados tal como son. Preocupante me parece que alguien, aquí en Aragón, con este resultado, diga que tiene que ser Presidente de Aragón. Me preocupa estar oyendo hablar de quien ocupa el sillón del Pignatelli sin hablar, ni siquiera, de que programa social va a desarrollar, que es lo importante y lo necesario.
Construir, en política, es hablar, es dialogar, es presentar un programa y ver los apoyos que suma. Pocos apoyos se suman desde la prepotencia.
Construir es hacer posible el cambio que quienes protagonizaron la jornada electoral, la gente, los trabajadores y trabajadoras, la ciudadanía,…. reclaman con su voto. Ese cambio exige una profunda transformación de las relaciones laborales de este país, una fuerte reestructuración del gasto público, del sistema educativo y de los mecanismos de acceso a la vivienda, que junto a la democracia participativa, solo podrán tener solución en un marco de ruptura política y de giro a la izquierda, que ahora, por lo que oímos y leemos, no está puesto sobre la mesa.
Eso es lo que hay que empezar a construir y no centrar el debate, aunque sea lo que mediaticamente interesa, en quien ocupa el sillón.
Hay otra evidencia que, necesariamente, debe asumirse de cara a las elecciones generales.
Ninguna fuerza política de la izquierda tiene capacidad, ella sola, de derrotar a la derecha y al bipartidismo. Nadie, con el 12-14 % de los votos puede ser tan inconsciente de creer que va a dar el «sorpasso». Necesaria, y obligatoriamente, hay que enfrentar las generales con un amplio bloque de unidad de la izquierda, de unidad popular.
¿Hay alguna fuerza política de la izquierda que siga diciendo que no, que van a ir solos, que van a confrontar con las otras formaciones política de la izquierda?.
Si finalmente la hubiera, esa fuerza política no se merece el voto de la mayoría social que sufre la crisis, de los trabajadores y trabajadoras que necesitan derogar la reforma laboral, ni de quienes vamos en las marchas reclamando Pan, Techo, Trabajo y Dignidad.
Lo que espero, y deseo, es que derrotemos a la derecha TODOS JUNTOS en un bloque unitario, no uniforme, de la izquierda. En un bloque con un programa rupturista y de cambio. Aún estamos a tiempo de lograrlo y TODOS debemos asumir nuestra responsabilidad.

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