En Atocha os asesinaron
Allí, en un despacho en el que trabajabais defendiendo a la clase trabajadora, allí entraron los asesinos fascistas, lo hicieron de noche, más tarde de las 10.
Mañana se cumplen 39 años. Mañana solo nos acordaremos de vosotros algunos y algunas que, seguro que como vosotros allá donde estéis, defendemos a los trabajadores y trabajadoras.
Mañana, y todos los días, algunos y algunas pensaremos en lo que se había conseguido. A pesar de los 40 años de fascismo, a pesar de las detenciones, torturas y asesinatos como este de Atocha, se consiguió una jornada laboral de 40 horas semanales y 30 días de vacaciones, se consiguieron derechos laborales y sindicales, el salario te daba para vivir, se consiguió el derecho a la huelga, y el de manifestación, y pensiones dignas, y atención a las personas desempleadas… fueron tantas y tantas luchas¡¡¡.
Fueron tantos y tantos los compañeros y compañeras que pasaron por las cárceles y comisarías, tantos los que fueron asesinados y torturados,…
Hoy no puedo evitar la tristeza. Hoy vuelvo a ver gente luchadora y reivindicativa en riesgo de ir a la cárcel por defender esos derechos que nos roban cada día. Hoy hay contratos basura, explotación de trabajadores y trabajadoras. Un presunto corrupto acaba de hacerse diputado y es persona aforada. Hoy le piden más años de cárcel a los 8 de Airbus que a Bárcenas.
Mucha gente que hoy sufre el recorte de derechos no sabe que, en el tardofranquismo y en la transición, gente como ellos, como quienes estaban aquella noche en ese despacho, gente solidaria, con conciencia de clase, militantes de la izquierda, con entrega generosa hacia sus compañeros y compañeras de la clase trabajadora, construyeron la democracia. Mientras tanto los grandes debates van sobre ropa que te pones, sobre como te peinas, sobre si llevas un bebé en brazos, sobre quien agita más o menos en las tertulias banales. Mientras tanto siguen jodiéndonos la vida.
Hoy no puedo evitar llorar. Lo hago a solas conmigo, lloro con esas lágrimas que, como no salen, te muerden por dentro.
