Dicen que hoy, una vez pasado el trance de la vergonzosa y vergonzante declaración en la Audiencia Nacional, Rajoy se va de vacaciones.
Dicen que dará una rueda de prensa de balance de su gestión en este «curso político».
La dará feliz y satisfecho. No es para menos. A pesar del esperpento de su declaración, a pesar de presidir un partido demostradamente corrupto, ahí está, de Presidente de este país de pandereta.
Dirá, además, que la cosa va como un tiro, que se crea empleo, que baja el paro y que «recorremos (algunos y algunas sí) la senda del crecimiento».
Añadirá que el único problema que queda es el secesionismo catalán (que bien le viene) y añadirá algo sobre Venezuela (espero que no haga el mismo ridículo de Felipe González y no pida una sublevación militar).
Ahí está, parapetado en su trinchera, protegido por Ciudadanos y apoyado (que caro nos sale a todos y todas ese apoyo) por esos nacionalismos de los que reniega.
Ha pasado un «curso político» y ahí siguen, vigentes y sin derogar, las reformas laborales, la Ley Mordaza, el ataque a las pensiones, la LOMCE, los recortes en gasto social,….
Tiene que estar (por mucho que nos joda a los y las demás) contento y satisfecho. El régimen encantado, todo sigue adelante. El sistema feliz, los ricos y ricas son cada vez más ricos y ricas, crecen los beneficios de la banca, de las empresas eléctricas, de las empresas de IBEX y, para entretener al personal, ya vuelve el futbol.
Feliz y satisfecho porque puede decir «misión cumplida», puede hacerlo porque, aunque no tiene mayoría, llegó al Gobierno gracias al voto a favor de Ciudadanos y a la abstención del PSOE. Sigue ahí porque una moción de censura planteada por Unidos Podemos fue tumbada, con algunos peregrinos argumentos en algún caso, por quienes han posibilitado que Rajoy sea Presidente y sigue ahí porque hay unos millones de personas que le votan y, por lo que siguen diciendo las encuestas, van a seguir votando.
Así que Rajoy, se va satisfecho y, para desgracia de la mayoría de gente de este país, repite en Septiembre.
En septiembre, también repiten los demás. Espero, y deseo, que la izquierda no repita errores, que sea capaz de entenderse y que se ponga a trabajar para echar, cuanto antes, a esta gente.