Lo he dicho por activa y por pasiva. Lo he dicho, y demostrado, en los 15 años de trabajo público, lo he ratificado en multitud de ocasiones.

No soy nacionalista, en absoluto. Pienso, siempre lo he pensado, que el nacionalismo es un invento de las clases burguesas para consolidar su estamento y posición y, por eso, siempre me he considerado integrante de la clase trabajadora. Los trabajadores/as, seamos catalanes, vascos, aragoneses, castellanos, andaluces o madrileños, somos eso, trabajadores/as. Formamos parte de la clase trabajadora y sabemos que las fronteras, generalmente, no nos aseguran mejores salarios, ni mejores condiciones de vida.

No se me olvida, es una consecuencia de tener ya unos años y de una vida vivida, el apoyo que próceres del actual nacionalismo catalán, al igual que del vasco, han prestado a esas salvajadas del neoliberalismo que los gobiernos del PP y del PSOE, fieles y obedientes a los designios de la troika, han puesto en marcha y nos han jodido la vida, y las pensiones, y el empleo, y la educación, y la sanidad. Nos la han jodido por igual a catalanes/as, vascos/as y a todos/as los demás.

Para no aburrir. Tampoco soy independentista, ni lo seré, por mucho que se empeñen.

¿Entonces, me preguntan, me increpan, me acosan, por qué no apoyas al Gobierno?, ¿por qué no apoyas el 155?, ¿por qué pides la libertad de los jordis?.

Ya lo decía Machado, «en España, de cada 10 cabezas, 9 embisten y una piensa».

No apoyo al Gobierno porque es el Gobierno corrupto que, para desgracia y vergüenza nuestra, nos ha llevado a esta situación con su incapacidad, con su soberbia, con sus mentiras y sus engaños. No apoyo el 155 porque me parece un despropósito, me parece un bidón de gasolina echado sobre el fuego. No lo apoyo, además, porque es la prueba evidente de un fracaso y de una tomadura de pelo. Se viste de «constitucional» pero lo que se va a hacer es el resultado de lo que han pactado, en una mesa camilla, PP y PSOE que, una vez más, «interpretan la constitución», esa Constitución que han pervertido al cambiar su artº 135 y esa Constitución que incumplen ya que no garantizan los derechos básicos de buena parte de la ciudadanía.

Nadie me pregunta si apoyo al Govern porque dan por supuesto que sí, lo cual es falso. Dan por supuesto que, en la lógica simplista del están conmigo o contra mí, si no apoyo a Rajoy y sus mariachis, estoy apoyando a Puigdemont y los suyos. Pues no, dejen de embestir y, a ser posible, utilicen esa capacidad que, dicen, la naturaleza nos ha dado a los seres humanos. No apoyo al Govern, me parece tan tramposo, incapaz, soberbio y desgraciado para la clase trabajadora como el Gobierno.

Defiendo, y por eso lo digo e intento explicar, que no pueden hablar de legalidad quienes son corruptos, y lo son el PP y el PDCAT (antigua CiU). En este sentido es más reprobable que quien más fuerza tiene, más la emplee. Rajoy, y los «constitucionalistas» están «imponiendo» la razón a la fuerza, a palos, a detenciones, a prohibiciones. Por eso pido la libertad de los «jordis», porque, al igual que sindicalistas, titiriteros, twuiteros/as,.. no han  cometido delito alguno.

En resumen, no apoyo una medida quirúrgica salvaje como es el 155 aunque 9 de cada 10 cabezas lo apoyen. Se que, una vez más, estoy en minoría. Se que el patriotismo, el fervor nacionalista y popular de apoyo a los nacionalismos enfrentados, es mayoritario. Pero seguiré pidiendo diálogo y negociación y seguiré defendiendo que solamente con una Constitución nueva, no con una retocada que proponen PP y PSOE y bendice el Borbón, puede abrirse la puerta a un Nuevo País en el que primen la libertad, los derechos sociales y la democracia. Para mi, no se para cuantas cabezas más, ese país debe ser una República Federal, una República que permita, desde el reconocimiento de la plurinacionalidad y pluriculturalidad, un proyecto común que, desde la diversidad, hayamos construido juntos y juntas.