Master por aquí, master por allá, yo plagio, tu copias, el/ella no va a las clases,…. Colas de periodistas para leer una tesis que, hasta ahora, a nadie le ha importado.
El festival es una novela por entregas, hoy el de esta, mañana el de este, pasado,……. Morbo servido, tertulias calientes, debate político y social que, en definitiva, es un no debate puesto que los masteres hacen de árboles que no dejan ver el bosque.
Nadie va al fondo. Una de las consecuencias del Plan Bolonia, radical y chavista llegaron a llamarme cuando como Portavoz de IU dejaba clara nuestra oposición, era ésta. Segregar y discriminar en función de la «titulitis universitaria», en función de las «capacidades académicas certificadas». El problema era que a esa titulitis se llegaba con un importante gasto económico que, como se ha demostrado, endurecía el camino para las clases populares y abría puertas y ponía alfombras a las clases más altas, a esa sociedad VIP destinada a dirigir el gobierno, la economía y las grandes cuestiones sociales.
Se hizo asumir a la sociedad que sin títulos y masteres no se llegaba a ningún sitio. Para triunfar hay que tener títulos, la vergüenza, la moral, la honestidad, la honradez, la capacidad,…. bueno, estas cosas, eran secundarias, lo importante eran los títulos y diplomas.
El Plan Bolonia abría, también, la puerta a cortijos personales y, como se vuelve a demostrar, a chiringuitos especializados en «fabricar» masteres y titulaciones que, lejos de con el esfuerzo personal, se pagan con prebendas, privilegios, tratos de favor y vaya Vd. a saber con que otras cosas todavía más indecentes.
La clase VIP, los y las de siempre, han tenido resueltos los problemas que, generalmente la mediocridad, les causaba en sus «carreras profesionales». Los masteres y los títulos que a las clases trabajadoras les cuestan esfuerzo y sacrificio, además de un importante coste económico, a ellos y ellas les podían llegar en función de su posición social y económica, posibilidad a la carta de hacerlos en casa, sin pisar un aula.
Pero nadie cuestiona este modelo universitario que, además de ser segregador, produce estas indecencias.
Nadie se preocupa tampoco de algo que, a mi juicio, es importante y peligroso. Se supone que los expedientes universitarios y académicos, que los trabajos internos de la Universidad, responde a unos protocolos y a unos controles que protejan los derechos de las personas. ¿Ese protocolo permite filtrar a la prensa y medios de comunicación los expedientes y trabajos del alumnado?, ¿se pueden filtrar datos y expedientes académicos?, ¿se hace lo mismo con los currículos y masteres de todo el mundo?, porque la prensa, con el nivel de morbo al que ha llegado se interesa por los masteres tramposos pero puede que el mercado, la banca, los poderes económicos,… también sientan interés en conocer la trayectoria, trabajos, notas y resultados. La duda que surge enseguida, al menos a los «radicales chavistas», es si estas cosas pasan y contribuyen a la «selección natural» de las clases dominantes porque….. ¿alguien garantiza que al igual que dan información a la prensa no la den también a las empresas del IBEX?.
Porque vamos, vale que se ha pillado a gente tramposa y mentirosa, pero ….. ¿es muy honesto quien filtra?.
Con mi recuerdo y reconocimiento de Forges