Nueva subida de la luz, nuevo record, la prometida reforma del sistema no llega, el oligopolio eléctrico sigue haciendo su negocio y la pobreza energética llama a la puerta de 2,5 millones de hogares.
Ayer, el Gobierno, a través de la Ministra para la Transición Ecológica, anunció medidas para rebajar la factura eléctrica.
Dos medidas anunció. La primera anular un impuesto. Cierto que eso rebaja lo que pagamos los/as consumidores/as, pero esa medida, también, rebaja los ingresos del estado y repercute en la sanidad, la educación, las prestaciones sociales. En definitiva, esa medida sigue siendo a cargo de todos y todas. Quitamos un impuesto pero las eléctricas siguen ganando los mismos millones. Siguen con su negocio.
Quizá nadie se acuerde, pero este impuesto que anuncia que va a quitar el Gobierno de Pedro Sánchez lo recurrieron las eléctricas y el PP se comprometió a retirarlo. En definitiva esta medida «estrella» sirve para contentar a las eléctricas y a la derecha casposa, por eso saldrá adelante. Es otra más de esas medidas que anuncia el Gobierno del PSOE, que disfraza de carácter social, pero que no molesta a los mercados, ni a las grandes empresas.
La segunda potenciar los bonos sociales. En principio suena bien, pero el proceso es tan farragoso y los requisitos tan exigentes que el bono social, en estos momentos, tan solo llega a 600.000 hogares cuando los datos del propio gobierno señalan que hay 2,5 millones de hogares en riesgo de pobreza.
Lo cierto es que, estos dos anuncios, presentados forzados por el escandaloso precio de la luz, no resuelven nada.
Es verdad que supondrá una rebaja de entre el 2,5 y el 4 % pero el precio de la luz ha subido un 19% en el último año.
Los datos señalan que esta espectacular subida se ha acentuado en los 14 días de Septiembre.
La diferencia del precio de la luz entre agosto de 2017 y agosto de 2018 fue de un 11 % más, pero en estos momentos la diferencia entre el precio de la luz entre Septiembre de 2017 y Septiembre de 2018 ya es del 19% más. Es decir que en 15 días la luz, en relación con hace un año, ha subido un 8% más.
El recibo de la luz puede rebajarse, podemos dejar de tener una de las tarifas eléctricas más caras de Europa, pero para hacer eso hay que plantar cara a las grandes empresas eléctricas, a esas que abren sus puertas giratorias, a esas que negocian con un bien esencial. Eso se llama recuperar el control público sobre el sector energético. Tan solo desde el control público se pueden implementar tarifas sociales, potenciar y desarrollar el autoconsumo, aplicar una fiscalidad justa y redistributiva (en estos momentos la electricidad está gravada con un 21% de IVA y la paga igual quien la usa para calentarse que quien la usa para ese despilfarro energético que son los centros comerciales), acabar con la pobreza energética y acabar con ese gran negocio que hace el oligopolio enérgético que hay en este país.
Lo tengo muy claro. La electricidad es un bien esencial y su acceso debe estar garantizado. Hacer negocio y engordar los dividendos de los/as accionistas es incompatible con el derecho que tenemos.
