Llegamos a la desescalada. Una vez que parece que se controla el virus, el personal mayoritariamente piensa que esto ya está resuelto.
Pero, ay amigos y amigas, llega el momento de decidir a favor de quien se resuelve el debate, si de la salud o de los euros.
Pasados los primeros momentos de miedo y acongojo colectivo que, nadie más allá de quien sufre indignación genética o está titulado/a en mala leche, cuestionó viene lo de la salida, lo de la vuelta a la normalidad.
Quien tiene que tomar decisiones, algo muy diferente a contar diariamente las personas muertas o a recomendar telepizza para niños y niñas, se enfrenta a toda una gama de intereses.
Claro, en una situación como la que vivimos, una crisis global y mundial, una crisis que nadie, ni aquí, ni en Alemania, ni en Reino Unido, ni en EEUU, ni medio mundo esperaba es toda una oportunidad para que toda esa gente que construye museos del agravio lo vaya llenando.
Una de las cosas que más me llama la atención tiene que ver, precisamente, con las cosas de los €. Verán, ya saben que estoy felizmente jubilado, pero si estuviese en activo, daría una clase de matemáticas, a mi alumnado de 12-14 años, en estos términos:
– Hay una crisis de caballo, papá estado está pagando ayudas públicas a más de 6 millones de trabajadores y trabajadoras.
– Papá estado está avalando préstamos para empresas en conflictos.
– Papá estado deja de ingresar porque ha aplazado hasta que esto pase el pago de impuestos y cotizaciones.
– Papá estado, a diferencia del papá estado de la otra vez, ha abierto un paraguas que, en vez de proteger a la banca y al IBEX 35, protege a la gente.
– A papá estado le piden que, además, mantenga los ERTES, que quite los impuestos, que haga planes de rescate para todos los sectores productivos.
– ¿Como puede hacerse esto?.
Una vez planteado el tema vendrían preguntas:
– Oye, Adolfo, ¿quienes piden todo esto han sumado lo que cuesta?.
– Oye, Adolfo, ¿papá estado tiene límites al dinero con el que cuenta?.
Respondería que no a la primera. No han sumado porque cada grupo de presión solo mira su ombligo y sí a la segunda, papá estado tiene el límite de lo que puede gastar más lo que consiga que le presten que, como es lógico, tendrá que devolver. Y volvería a situar la pregunta ¿Cómo resolver esto?.
Pues nada, ahí lo dejo. ¿Cómo resolver esto?. Seguro que en mi clase habría respuesta, debatida entre todos/as. Mi duda es si la solución al dilema fuera del aula, será posible con debate (ayer en el Congreso vi toda una sarta de mentiras, insultos e indecentes utilizaciones de dramas humanos), vi el chantaje anunciado de nacionalistas de uno y otro signo y dudo, más todavía, de que la leal y patriótica oposición tenga mayor interés en resolver el problema que en tumbar al gobierno.
Yo les doy mi opinión para que nadie piense que me escondo. Hay que anteponer el interés general al interés corporativo de cualquier sector. Hay anteponer el bien común al interés empresarial, por muy legítimo que este sea.
Y añado, no deberíamos dejar solo al gobierno enfrentarse a quienes indecentemente mercadean con las personas muertas, a quienes lo tapan todo con banderas y a los lobbys bancarios y empresariales. Deberíamos arrimar el hombro si no queremos que la brecha se agudice, si no queremos que la pobreza aumente y si no queremos que acaben desmontando lo público. Tengámoslo en cuenta para que ese pacto de «reconstrucción nacional» defienda el interés general que es el bien común y no el interés de las élites económicas