Es un dicho muy conocido que se usa para señalar ese sentido gregario que lleva a juntarse a gentes de igual, similar, o parecido comportamiento censurable.

Resulta que el próximo día 14 de Julio se va a votar, y a lo que parece aprobar, la nueva ley de Memoria Democrática. Hay que reconocer que esta nueva Ley, en relación con la vigente de 2007 (gobierno de Zapatero), tiene avances importantes.

Leyendo la ley vemos que recoge bastantes de las cosas que desde las asociaciones memorialistas y desde las asociaciones de familiares de víctimas del fraquismo se han venido reclamando.

Establece una amplia definición de víctima del franquismo; obliga a la creación de un censo de todas ellas; actualizará el mapa de fosas comunes y, algo especialmente importante, será responsabilidad del estado la búsqueda de personas desaparecidas y las exhumaciones. Para ello se crea un banco de ADN, se reconoce la importancia de la lucha de las mujeres contra el franquismo y se incluye la obligatoriedad del estudio y conocimiento de la memoria democrática en el ámbito educativo.

También, ya era hora, declara la nulidad de los tribunales franquistas y sus sentencias; se crea un Banco de ADN; se destaca la memoria y la investigación de la lucha de las mujeres y se implementa el estudio obligatorio de la memoria histórica en el ámbito educativo, entre otros temas».

Si miramos para atrás y vemos lo sucedido en otros países que han sufrido dictaduras fascistas, genocidas y asesinas, este país sigue teniendo una deuda democrática con su historia y con quienes fueron las víctimas del franquismo.

Ya dice mucho de lo que le queda por recorrer a este país, que la primera Ley de memoria democrática fue en 2007. Hacía ya 32 años que había muerto, con todos los honores, el dictador y ya llevábamos 29 años de democracia.

Con todo fue una ley tan timorata, y ha tenido tan poco desarrollo, que esta que se aprobará representa un buen avance.

Sin embargo, entre otras cuestiones de menor calado, esta nueva Ley de Memoria Democrática vuelve a ser una oportunidad perdida de hacer justicia y saldar la deuda democrática que este país tiene con quienes, por defender la legitimidad constitucional, por combatir, y por resistir contra el franquismo, fueron asesinados/as, torturados/as, obligados/as al exilio, fueron trabajadores esclavos, sufrieron el robo de bebés y el expolio de sus propiedades.

Esta ley deja vigente la Ley de Amnistía de 1975, esa ley contraria al derecho internacional que considera crímenes de lesa humanidad las violaciones de los derechos humanos cometidos por el franquismo. Por eso, en este país, a diferencia de Alemania, Italia, Chile, Argentina,… el franquismo sigue impune.

Esta Ley que se va a probar tampoco anula la Ley franquista de «Secretos Oficiales», que es de 1968 y es la que impide la investigación de muchos de los crímenes y robos de bebés producidos.

Por eso, aunque reconozco el importante avance que esta Ley significa, seguiré trabajando para que, algún día, en este puñetero país, se salde esa deuda y se llegue a la Memoria, la Verdad, la Justicia y la Reparación.

Mientras tanto, y para que seamos conscientes de lo queda por hacer en esta materia, tomemos nota de que la derecha recalcitrante, la derecha reaccionaria y personajes impresentables, ya rebuznan en su contra.

Ya lo ven. Dios los cría.