Zaragoza-(22-05-07)Hoy (todavía estoy en mi escaño) se votaba en Las Cortes de Aragón el proyecto de Ley de Gran Scala. Ya es conocida mi posición y no insisto en ella. He votado en contra de todos y cada uno de sus artículos, incluido el título. Ya intenté “tumbar” la Ley en el Pleno de hace 15 días. Lo cierto es que, con los votos del PSOE-PAR y otra mano que les ha echado el PP ya se ha consumado la ley a la carta que los aventureros de Gran Scala necesitaban.

Pero el cabreo no es por, una vez más, haber perdido la votación. No. En esta ocasión  es por el trato vejatorio que han sufrido unos ciudadanos y ciudadanas en las propias Cortes Aragonesas.

Los servicios de seguridad de  las Cortes de Aragón han impedido el acceso a la Tribuna del hemiciclo a varias de las personas invitadas por IU para asistir al debate y votación del Proyecto de Ley para Gran Scala y varias personas, miembros de la Plataforma Stop Gran Scala, han recibido un trato denigrante por parte del servicio de seguridad. Al acceder a la sede parlamentaria han sido cacheadas, se les ha requisado ropa, así como chapas y pegatinas. Yo me pregunto si las personas que acceden a las Cortes invitadas por otros grupos parlamentarios son tratadas de esta manera.

Parece que alguien se olvida que Las Cortes es el lugar donde reside la soberanía popular y que debería ser el sitio donde la ciudadanía es atendida y respetada.

Yo, que ya tengo unos años, viví la represión franquista en la que estaban prohibidas las concentraciones de más de tres personas. Ibas con dos amigos o amigas por la calle y aparecía un gris que gritaba ¡¡ disuélvanse ¡¡. Hoy, en el Palacio de la Aljafería los servicios de seguridad de Las Cortes me lo han recordado cuando han obligado a las cinco personas autorizadas al final a presenciar el debate  a dispersarse en la Tribuna, impidiendo que se sentaran juntas.

Lo más penoso y cabreante es que  el mismo día que se aprueba una Ley propia de un gobierno ‘bananero’, que da carta blanca al despropósito económico, social y ambiental que es Gran Scala, también se ha impedido a unos cuantos ciudadanos y ciudadanas acceder a la sede soberana del pueblo con libertad.