Hoy (todavía estoy en mi escaño) se votaba en Las Cortes de Aragón el proyecto de Ley de Gran Scala. Ya es conocida mi posición y no insisto en ella. He votado en contra de todos y cada uno de sus artículos, incluido el título. Ya intenté “tumbar” la Ley en el Pleno de hace 15 días. Lo cierto es que, con los votos del PSOE-PAR y otra mano que les ha echado el PP ya se ha consumado la ley a la carta que los aventureros de Gran Scala necesitaban.
Pero el cabreo no es por, una vez más, haber perdido la votación. No. En esta ocasión es por el trato vejatorio que han sufrido unos ciudadanos y ciudadanas en las propias Cortes Aragonesas.
Los servicios de seguridad de las Cortes de Aragón han impedido el acceso a la Tribuna del hemiciclo a varias de las personas invitadas por IU para asistir al debate y votación del Proyecto de Ley para Gran Scala y varias personas, miembros de la Plataforma Stop Gran Scala, han recibido un trato denigrante por parte del servicio de seguridad. Al acceder a la sede parlamentaria han sido cacheadas, se les ha requisado ropa, así como chapas y pegatinas. Yo me pregunto si las personas que acceden a las Cortes invitadas por otros grupos parlamentarios son tratadas de esta manera.
Parece que alguien se olvida que Las Cortes es el lugar donde reside la soberanía popular y que debería ser el sitio donde la ciudadanía es atendida y respetada.
Yo, que ya tengo unos años, viví la represión franquista en la que estaban prohibidas las concentraciones de más de tres personas. Ibas con dos amigos o amigas por la calle y aparecía un gris que gritaba ¡¡ disuélvanse ¡¡. Hoy, en el Palacio de la Aljafería los servicios de seguridad de Las Cortes me lo han recordado cuando han obligado a las cinco personas autorizadas al final a presenciar el debate a dispersarse en la Tribuna, impidiendo que se sentaran juntas.
Lo más penoso y cabreante es que el mismo día que se aprueba una Ley propia de un gobierno ‘bananero’, que da carta blanca al despropósito económico, social y ambiental que es Gran Scala, también se ha impedido a unos cuantos ciudadanos y ciudadanas acceder a la sede soberana del pueblo con libertad.
Personalmente, Adolfo, te agradezco el valor y la coherencia que demuestras cuando denuncias actos del poder (de cualquiera de ellos) cuya finalidad es amedrentar, entorpecer, boicotear o, simplemente, recordar a la ciudadanía insumisa que «mejor no meterse en líos».
Lo hiciste cuando, siempre bajo la excusa de la seguridad, la marcha a las Bardenas Reales fué molestada por los cuerpos policiales que debieran ser en todo momento garantía de seguridad y libertad. Y lo vuelves a hacer ahora cuando los servicios de seguridad del parlamento autonómico confunden el celo en su labor con tratamiento vejatorio; eso de decirles: «sentaditos, separaditos y en silencio, o a Marcelino que váis», es de una ridiculez tal que roza el patetismo.
Te agradezco, repito, esa línea de defensa de la dignidad ciudadana.
Lo de ILD, si se me permite el cambio de tercio, se cae por sí sólo. Hoy mismo se publica su escasa credibilidad.En breve más de uno de los que ponía la manita «tal que así» para la famosa foto pro Gran Scala, puede retirarla apresuiradamente, que puede quemarse.