Entiendo el cabreo del personal. La cosa está muy jodida, cuesta mucho llegar a fin de mes, nos suben las cosas, las eléctricas y las petroleras nos atracan todos los días y la guerra empieza a dejar ver sus efectos colaterales.
Por eso, supongo, las calles están llenas estos días de gente cabreada.
La verdad es que he visto que estas manifestaciones de gentes cabreadas estaban llenas de banderas. Mira que llevo manifestaciones, piquetes, huelgas y concentraciones en mi mochila y jamás, en ninguna de ellas, estaba la bandera patria.
No estaba, ni está, cuando pedimos empleo digno, ni cuando defendemos la sanidad y la educación públicas, ni cuando rechazamos y condenamos el machismo asesino, ni cuando condenamos el racismo, ni cuando condenamos el fascismo, ni cuando defendemos el derecho a la autodeterminación del pueblo saharui, ni cuando denunciamos las violaciones de los derechos del pueblo palestino…
Resulta que estas manifestaciones embanderadas las apoyan quienes dicen que el personal no llega a fin de mes, pero votan en contra de la subida del SMI.
Las apoyan quienes quieren que se quiten impuestos pero que no se toque los beneficios de las eléctricas y de las petroleras o quienes, son los/as mismos/as, reclaman el derecho de las gentes del campo pero votan en contra de la ley que prohibe vender en pérdidas.
Es muy curioso ver a estas gentes tan «preocupadas por el medio rural» pero no apoyan las exigencias para que la banca tenga que atender presencialmente a las personas, especialmente a las mayores que viven en nuestros pueblos, ni les preocupa un excremento la brecha digital o la falta de trenes y transporte público. Y que voy a contarles de otras cosas como las macrogranjas y la especulación del suelo rural para explotarlo a base de molinos y placas solares.
Eso sí, viva la caza, y viva el toro, y viva el cacique de turno que va a las manifestaciones a lucir sus galas en el caballo de paseo. ¡Quien nos iba a decir hace unos años que veríamos en la realidad la escopeta nacional de Berlanga¡
La consigna es el Gobierno nos jode, el Gobierno nos roba, el Gobierno no nos quita los impuestos.
Casualmente, quienes claman y reclaman la retirada de impuestos, exigen más ayudas públicas, más subvenciones.
Pero, miren bien para quien las piden, ¿para ese obrero/a que no llega a finde mes?, lean bien sus propuestas.
Luego viene aquello de cargar contra políticos/as y sindicatos de clase.
Tenemos la cosa jodida, ciertamente, pero yo no llego a imaginarme como estaríamos si esta gente que se aprovecha del cabreo generalizado, para convocar a las masas y sacar sus banderas, hubiera gobernado estos dos últimos años: Borrascas varias, un volcán en erupción , una pandemia descontrolada, una guerra….
Con todo ahí quedan los ERTES, las subidas del SMI, el IMV, la revalorización de las pensiones, la mejora del mercado laboral y algunas otras cuestiones de calado social y, ciertamente hay otras que están pendientes pero que, si vuelven estas gentes a la Moncloa, ni siquiera estarán en la agenda.
Para finalizar, todo el clamor es quitar impuestos. ¿Sabe la mayoría de la gente que estos días ha salido a la calle lo que pasaría con la educación, con la sanidad, con la dependencia, con las vacunas, con el paro o con los subsidios y ayudas, si se quitaran los impuestos?.
Pero, cada vez que hablas de nacionalizar las eléctricas, o la banca, nos llaman rojocomunistasbolivarianos.
Claro, me dirán, ¿y qué propones?. Pues algunos/as lo tenemos muy claro. Hay que acabar con este sistema explotador. Como no se hace de la noche a la mañana, empecemos por reforzar el estado social, pongamos una fiscalidad democrática, progresiva y directa, metamos mano seria a la corrupción, recuperemos el control público de sectores estratégicos, dejémonos de embarcarnos en aventuras militares imperialistas, y elevemos el nivel de nuestra democracia con una nueva constitución que asegure una verdadera separación de poderes, acabe con esa anomalía de siglos pasados que es la monarquía y declare que este estado es laico y deja de financiar a la iglesia.
Pero claro, a lo que se ve, estas cosas solo las decimos los/as rojos/as y debemos ser cada vez menos. Una pena, pero bueno, pues eso, que viva el vino, y la caza, y los toros y que la fiesta no la pague nadie, que la pague el estado pero que no cobre impuestos. ¡¡ Ya me explicarán como¡¡